Para comenzar nuestro curso de redacción adecuadamente, primero tenemos que repasar, a manera de recordatorio, algunos puntos sobre las unidades básicas del lenguaje escrito.
La unidad básica del lenguaje, sea escrito o hablado, es el enunciado, que podemos decir consta de una secuencia de sonidos emitidos por el hablante o de sus signos escritos, en el caso del escribiente, los cuales poseen sentido completo y concreto dentro de la situación en la que se producen.
Algunos estudiosos de la lengua, como el profesor de español Alfonso Sancho, proponen una clasificación de los enunciados: las frases (enunciados frasales) y las oraciones (enunciados oracionales). Las frases son aquellos enunciados que carecen de una forma verbal personal, por ejemplo:
“Los ojos son la ventana del alma”, o “Besar es más sano que dar la mano”.
Las frases a veces también pueden estar formadas por interjecciones, como por ejemplo:
“¡Mi amor!”, “¡Lástima!”.
Las oraciones, por otro lado, se caracterizan por poseer dos unidades significativas (sujeto y predicado), entre las que se establece la relación predicativa, la cual consiste en aquello que se dice de algo y lo que se dice del sujeto respectivamente. “Las flores son amarillas” es una oración porque tiene tanto sujeto (las flores) como predicado (son amarillas).
Incluso algunas palabras por sí mismas pueden considerarse oraciones; por ejemplo “pienso” puede ser considerada oración porque da por entendido quién es el sujeto (la primera persona del singular) y en ella misma está la acción que nos dice lo que está haciendo esa persona (pensar).
Vemos pues que el verbo puede ser considerado el núcleo ordenador de la oración del cual dependen los demás componentes –en el ejemplo anterior se trata de la primera persona del singular- como el sujeto.
Alfonso Sancho Rodríguez explica: “La oración es una unidad lingüística dotada de significación completa y núcleo verbal, y que no pertenece a otra unidad gramatical superior. Por encima de la oración se encuentran unidades de cualidad diferente: párrafo, capítulo, texto, etc. Por ello, tradicionalmente se considera a la oración la máxima unidad gramatical. Se puede decir que es una unidad estructural porque sus componentes están interrelacionados; está compuesta por unidades menores (sintagmas: una o más palabras dispuestas de manera que en conjunto expresen un significado global) que se agrupan con una estructura determinada (habitualmente sujeto + predicado).
“Se puede hablar de oración cuando un segmento de la comunicación con verbo en forma personal transmite un sentido completo; si no, no hay oración. Así, la secuencia: “Ese alumno moreno es el peor de la clase”, puede ser dividida en dos partes: “Ese alumno moreno” y “el peor de la clase”, pero ninguna de las dos tiene sentido completo: son sintagmas, no oraciones. No obstante, ambos ejemplos podrían constituir enunciados frasales en ciertas situaciones o contextos: pies de foto, por ejemplo”.[i]
Una vez que hemos repasado las cuestiones básicas sobre los enunciados, ahora sí entramos en materia.
[i] Ver http://personal.telefonica.terra.es/web/apuntesasr/SintaxEnunc.htm
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