Los dos puntos, de acuerdo con Ramoneda, tienen como finalidad llamar la atención sobre lo que sigue. La pausa que exigen es menor que la impuesta por el punto.
Deben emplearse en los siguientes casos:
Después del encabezamiento de una carta:
Muy señor mío:
Le ruego que tenga en cuenta mi proposición, etc.
Querido amigo:
Acabo de llegar a Londres, etc.
Antes de la reproducción de una cita literal, que se inicia con mayúscula:
Cuando nos encontramos por vez primera me comentó: -Te imaginaba con otro aspecto. Yo le contesté: -¿Mejor o peor?
Dijo la zorra al busto
después de olerlo:
“Tu cabeza es hermosa,
pero sin seso”.
Para presentar una enumeración explicativa o cuando a una o varias oraciones sigue otra que es consecuencia, resumen o causa de lo que antecede:
Es un alumno modélico: tiene inteligencia, estudia y no da la lata a los profesores.
Siempre me dice lo mismo: que estudié.
Pocas cosas son tan perjudiciales como el juego: por él muchas personas se han arruinado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario