miércoles, 16 de mayo de 2007

Objetivo General

La intención de este curso es ofrecer algunos lineamientos generales sobre la estructura del lenguaje escrito, sobre su elaboración y redacción, partiendo de un examen general de nuestros propios hábitos de escritura y de su revisión a partir de las reglas básicas de la ortografía y la composición escrita.

El conocimiento y aplicación de dichas reglas será esencial en nuestra actividad como asesores a distancia, o como estudiantes en línea. Escribir bien y aceptablemente, dentro de nuestras propias habilidades, nuestros hábitos y capacidades, es nuestro objetivo.

Para escribir bien, hay dos vías practicables normalmente: la familiarización con el lenguaje a través del contacto permanente con la literatura, que en nuestro caso como docentes se da a partir del contacto con los textos de nuestras asignaturas, además de los gustos literarios personales de cada quien, y por otro lado, el estudio y ejercicio de las reglas que rigen básicamente el lenguaje escrito.

En ambos casos se requiere de ciertas cualidades personales que a veces no estamos dispuestos a desarrollar, ya sea por pereza, por falta de tiempo e incluso por deformación profesional. La escritora Ana Clavel, en el mismo artículo del Reforma citado, señala:

“Entre las cualidades más destacadas que se requieren para escribir (están): una confianza a prueba de fuego para creer en el trabajo propio –porque si no vale la pena para uno, para qué escribirlo para otros- y una humildad sin artilugios para saber aceptar la crítica y, sobre todo, la autocrítica. Creo que dentro de uno está el juez más implacable. Uno sabe”.

La autoconciencia de nuestra manera de escribir nos lleva a reconocer humildemente que a veces no escribimos tan correctamente como deberíamos, por lo que este curso de redacción funcionará mucho mejor en la medida en que cada participante reconozca que necesita mejorar su manera de escribir o su redacción, y que reconozca la necesidad de aumentar su familiaridad con la literatura en general, con el fin de desarrollar su habilidad para poner por escrito su pensamiento.

Un entrañable compañero en el Colegio se sorprendía al constatar que aún en los mensajes escritos y enviados por celular yo uso comas y acentos, pero su sorpresa fue menor que la mía al comprobar que él no lo hacía. Otra compañera usa en sus mensajes de celular abreviaturas que sólo ella alcanza a comprender cabalmente; su justificación es que hay que ahorrar tiempo y espacio, sin observar que el sentido de sus mensajes deja mucho qué desear con esas abreviaturas, para no hablar de la ambigüedad que generan. Otra compañera utiliza invariablemente mayúsculas, que, como se sabe, es como gritarle a quien lee esos textos.

Los anteriores son algunos ejemplos de lo que no se debe hacer a la hora de escribir, sin importar que sea un mensaje de celular, una asesoría en línea, una discusión en un foro, un chat, una tesis o un ensayo.

Redactar, etimológicamente, significa compilar o poner en orden; en un sentido más preciso, consiste en expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad.
Redactar bien es construir la frase con exactitud, originalidad, concisión y claridad.

¡Bienvenidos a este Taller Curso de Redacción!

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